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ES FÁCIL HACERSE CON EL PODER SI SABES CÓMO

Cartel de la obra
El profesor Ron Jones, en el año 1967, daba clases de historia en el Cubberley High School de Palo Alto, California. En el transcurso de una clase sobre la Alemania Nazi y no pudiendo explicar, de una manera razonable, las dudas que le plantean parte de sus alumnos sobre por qué muchos ciudadanos alemanes permitieron el exterminio de tantos millones de personas, Ron Jones comenzó un experimento con ellos para demostrarles que era posible que los alumnos pudieran llegar a ser sutilmente dominados por un líder mediante una buena disciplina, el trabajo de la comunidad, la acción conjunta y organizada y el hecho de involucrarse en una causa común, del mismo modo que lo fueron los millones de partidarios del nazismo alemán en los años treinta y cuarenta. El experimento tuvo una duración de unos cinco días con un resultado abrumador para el propio Jones, que tuvo que cortarlo inmediatamente dado el cariz masivo que estaba tomando y lo peligrosamente que se le iba de las manos.
El director de escena Marc Montserrat Drukker y el dramaturgo Ignacio García May unieron sus talentos para teatralizar soberbiamente el experimento de Ron Jones. Les quedó un texto de los necesarios de ver, de gran calidad teatral y didáctica. Lo llevaron a la escena catalana en el año 2013 y ahora lo muestran en el Teatro Valle-Inclán de Madrid hasta finales de marzo. Han conseguido que la obra —de unas dos horas y media aproximadamente— tenga la fuerza suficiente para captar la atención del público durante toda la representación. La escenografía es muy llamativa, dinámica y lograda. Todos los elementos, tanto exteriores como interiores, nos trasladan al high school americano. Todos los detalles son dignos de admiración por los espectadores. Los juegos de luces, a priori sencillos, tienen un poder de seducción en los tenues y brillantes rayos de luz solar que parecen colarse por los ventanales del aula cuando se abre o cierran las cortinas. 
Son interesantes también los diferentes sonidos que envuelven el ambiente de toda la representación. Hay momentos en que miras hacia atrás en busca de los perros ladrando —un punto más a favor de esa captación de atención—, del autobús partiendo o del griterío entusiasmado del salón de actos. Los efectos audiovisuales —muy recurrentes en las últimas producciones teatrales— son en este caso más que necesarios. Con ellos se proyectan escenas terribles sobre la injusta, intolerable y asquerosamente repugnante masacre que cometió el nazismo con los millones de personas que no eran dignas de existencia en su macabro mundo de inventada perfección. Es escalofriante una de las escenas finales donde la decoración se extiende a toda la sala. Da verdadero miedo.
El casting de los actores está muy logrado. Todo el elenco hace un trabajo interpretativo muy interesante y de gran calidad. Son creíbles sus personajes porque cada uno de ellos los dota de una esencia y particularidad muy personal que les distingue del resto y que mantienen durante toda la representación. En algunas ocasiones rozan ese cliché de película americana donde los gestos o los movimientos son altamente expresivos. La cuestión es que, todos y cada uno de ellos, son diferentes y no parecen, a simple vista, que pudieran pertenecer a un mismo grupo. Pero, poco a poco, según transcurre la representación —y el experimento— las diferencias entre ellos son cada vez 
menores y tienes la sensación de que los que hablan ahora son una sola persona con una única idea. 
La ola pasa por el por el CDN Teatro Valle-Inclán de martes a sábado a las 20:30h y domingos a las 19:30h.

¿La coges?



Apunta: Vir Casanova




REPARTO: 

Javier Ballesteros, David Carrillo, Jimmy Castro, Carolina 

Herrera, Ignacio Jiménez, Helena Lanza, Xavi Mira, Alba Ribas y 

Jordi Royo (Voz en off).

EQUIPO ARTÍSTICO:

Creado por Marc Montserrat Drukker e Ignacio García May a 

partir del experimento de Ron Jones.

Texto: Ignacio García May

Idea y Dirección: Marc Montserrat Drukker

Escenografía: Jon Berrondo

Vestuario: María Araujo

Iluminación: Albert Faura

Sonido: Francisco Grande e Igor Pinto

Vídeo: Xavier Bergés

Caracterización: Toni Santos

Ayudante de Dirección: Toni González

Ayudante de Escenografía: Alejandra González

Ayudante de Vestuario: Mireia Llatge

Ayudante de Iluminación: Ion Anibal

Coach Vocal: Isabel Pastor

Fotos: David Ruano

Diseño de Cartel: Isidro Ferrer 




MANIPULACIÓN EN DÜSSERLDOLF

Cartel de la obra
La sinceridad es el engaño eventual de todos los grandes hombres.
Rembrandt

Carlos es el conserje o custodio de documentos (como se gusta llamar) de una gran empresa cuya sede está en Alemania, Carlos está liado con María, la chica que arregla la fotocopiadora a la que ama regular. Amador es el gerente joven y nervioso de la gran empresa y Roció su novia que le ha propuesto que «no se vaya a vivir con ella» por eso de que hacemos justo lo contrario de lo que se nos dice.
Pero esto solo es la punta del iceberg, por debajo de las aguas subyacen, como en toda buena comedia, otros giros, chascarrillos y conflictos que la van liando: la dislexia, el sincerismo, los blogs, verdades y mentiras, ambiciones y suposiciones…
Con estos personajes se sirve la comedia de Los Cuatro de Düsserldorf. El autor canario José Padilla ha creado este texto para la El Sol de York a partir de la primera Residencia Artística que la sala ofrece a profesionales de las artes escénicas y podremos verlo de jueves a domingo en este céntrico teatro a las 20:30.
¿Qué veremos? Una comedia de enredos, con un trasfondo empresarial y buenas dosis de humor negro, interpretada con soltura y elocuencia por cuatro actores que la defienden con gracia y desparpajo, midiendo los momentos de dramáticos con buen acierto. Nos ofrecen a su vez transiciones dinámicas y un ritmo acompasado que no decae.
También un decorado estéticamente minimalista y sencillo, que aprovecha los pocos recursos para cambiar de escenario, país o situación. Es una obra de texto y actores, donde el escenario es algo funcional para acompañar, pero no más significativo.
Los actores brillan en el escenario. Los cuatro, cada uno en su registro. Bien dirigidos y bien construidos sus personajes.
Respecto a otro tema, escriben que su comedia quizá no gustaría a Paulo Coelho, por eso de que critican la engañifa de los libros de autoestima y motivación. Pero realmente su texto a veces cae en el «Coelhismo» con algún discurso demasiado encarado a mover conciencias en el público y metido con un calzador de reflexión. Puede ser que todo forme parte del mismo juego sobre el concepto en el que se basa la obra del manipulador manipulado y este movimiento de conciencias sea un experimento más que quieren hacer con el público. Puede ser.
Lo más divertido son ciertos guiños en su historia y su puesta en escena a las obras de enredos de Jardiel Poncela, Mihura o Casona. Esa versión moderna de los grandes autores de otra época es un respiro para el público, porque su estructura dramática siempre funcionaba y aunque su humor puede caer en desuso genera habitualmente una complicidad atemporal y universal con el espectador.
Atentos. Un final curioso e inesperado.
Diviértanse en ¿Dusserforl? ¿Duforsserl? Bueno, en El Sol de York con estos cuatro personajes que viajan a Alemania.
Apunta: Coral Igualador








Lugar: El Sol de York C/Arapiles,16
Cuándo: Del 27 de febrero al 9 de marzo; de jueves a domingo.
Intérpretes: Mon Ceballos, Helena Lanza, Delia Vime y Juan Vinuesa.
Dramaturgia y Dirección: José Padilla


3 APUNTADORES