Cartel de la obra |
El
cartel de Yaacobi
y Leidental
anuncia un icono de mujer basado en las Venus
de Willendorf
y Lausse, esas mujeres de grandes caderas y turgentes pechos,
símbolos mágicos de la fertilidad.
Este
cartel da paso a un «cabaret metafísico» del autor israelí
Hanoch
Levin,
un transgresor cuyas comedias son de tinte negro, repletas de frases
filosóficas y de situaciones en las que se ríe de una forma feroz
humillando y denunciando de manera diferente, tras metáforas del
absurdo, situaciones de poder.
Estamos
ante una obra, en tono de cabaret, por las innumerables canciones,
que entre otras cosas trata sobre las dependencias.
La
obra comienza cuando Itamar Yaacobi decide cambiar su vida y dejar a
su mejor amigo Leindental porque «no son de la misma especie».
A partir de ahí, Yaacobi conoce a Rut una exuberante mujer de enorme
culo y grandes tetas que miente sobre su condición de pianista,
mezclando el cuerpo con el intelecto, para dar caza a un marido que
la insemine y con el que acabar sus días.
Ambos
hombres se sienten atraídos por la mujer de grandes protuberancias.
Yacoobi se convierte en el marido, Leindental se regala a sí mismo
envuelto en un lazo para transformarse en el mayordomo esclavo de
la pareja.
Como
comprobaran son situaciones absurdas escritas desde un lenguaje
inteligente a veces difícil de seguir desde una lógica de
pensamiento.
Roger
Pera es
un Yacoobi exagerado, patético, un hombre de 40 años que quiere la
libertad y no cesa de encadenarse. Oscar
Huescar,
también productor de la obra es su antagonista, el servil mayordomo
solo y fiel a las dependencias, Alicia
Merino,
se rellena de protuberancias desmedidas para dar vida a la mujer
fatal que solo quiere ser desposada.
Los
tres muestran y cantan su patetismo. Muestran desde el movimiento
escénico grotesco, cantan con buena voz, pero el espacio sonoro no
les acompaña en esta ocasión. Tuve la oportunidad de ver esta obra
anteriormente y doy fe de que sus voces son muy acertadas.
La
actuación de estos tres personajes tiene visos de exageración, de
movimientos grotescos y de impostación para jugar en un espacio casi
vacío a la locura de tres perdedores de 40 años. La dirección de Ángel
Ojea,
conocido director que ha trabajado en grandes montajes, hace que este
espectáculo tenga connotaciones beckttianas.
Es
un cabaret diferente, ya lo anuncia su nombre, lleno de
excentricidades, interpretadas desde esa premisa. No se busca la
carcajada del público, se busca el desconcierto provocando más de
una sonrisa.
Alfredo
Gallego acompaña al piano las partituras basadas en las originales
del autor israelí Kagan. Lo hace con prestancia y siendo un elemento
más de la obra, tanto él como personaje, como su piano.
No
es una obra fácil de entender, porque tampoco este es su propósito
ya que el nombre de cabaret metafísico es muy significativo.
Anunciado
a la hora golfa en la Sala Tú, este cabaret les puede sorprender si
quieren algo a la usanza cabaretera. Compruébenlo.
SALA
TU C/Velarde, 15
DIRECCIÓN:
Ángel Ojea.
AUTOR:
Hanoch Levin
REPARTO:
Roger Pera, Óscar Huéscar, Alicia Merino.
MUSICO
(Pianista): Alfredo Gallego.
1 comentario:
Pueden consultar más información sobre Alicia Merino en el siguiente enlace: http://aliciamerino.es/
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