Cartel de la obra |
Microdinero
por teatro
Condenados
como estamos a la libertad de tener que elegir siempre, parece que el
contenido de nuestras decisiones no deja de ser una cuestión
contingente, de magnitud. Si lo esencial es tener que decidir, mejor
que seamos nosotros los sujetos agentes de la acción y no que
acabemos como sujetos pacientes del devenir, que es también elección
que nos afecta, pero tomada por otros. La consecuencia de cualquier
toma de decisión deriva, como es obvio, en un problema moral si lo
contrastamos con nuestro marco cultural de valores, o ético si lo
hacemos consonar con la humanidad en su conjunto. Esto significa que
al optar abrimos un dilema sobre el bien o el mal, pero entretanto
hemos resuelto el problema existencial. O sea, que si tu mujer no te
quiere y necesitas que alguien te quiera y no tienes a nadie a mano
que gratuitamente te ofrezca un desinteresado amor, pues puedes ir a
putas. Que eso esté bien o mal es otro tema.
Nico
Aguirre nos mete en la intimidad de la habitación y allí se consuma
el conflicto relacional entre un hombre solo y una mujer. Jorge
Cabrera sabe sacarle partido a un texto complicado precisamente por
ser sencillo. Bucea en el naturalismo para componer un
personaje-símbolo sí, pero no un estereotipo. Los matices de su
interpretación y su magnífica voz sostienen y remontan un
parlamento que nos suena. Andrea Trepat explota una faceta sutilmente
cómica en un personaje que descontrolado sería una caricatura. Pero
no lo es. Ella lo para y lo sostiene mimándolo hasta el final.
El
autor de Playback
propone una solución dulce y creíble que funciona bien y bonito
dentro del ámbito de un planteamiento realista tanto en su puesta en
escena como en el contenido de los diálogos.
A
veces, muchas veces, un problema puede solucionarse con un poco de
teatro y la ayuda del viejo pacto de ficción consentida. Unas
ocasiones la terapia se desarrolla en un escenario y otras fuera de
él. Eso sí, hay que pagar a los actores, y si es posible, pagarles
bien.
Título: Playback
Texto: Nico AguerreDirección: Nico Aguerre
Interpretación: Jorge Cabrera y Andrea Trepat
Una
buena interpretación que mantiene la atención de los espectadores
acertadamente encerrados en la sala, ya que los actores bloquean la
puerta para que tengan que vivir lo que David
Ortiz Sánchez (actor y dramaturgo de la obra) y Julián
Teurlais nos tienen que desvelar.
El
texto mantiene la tensión jugando al desconcierto entre la relación
de los personajes, el desenlace es previsible pero no por ello deja
de ser impactante, sobre todo en su forma.
No
quiero contar más, ya que el titulo cuenta demasiado en mi opinión.
Los
amantes de las buenas interpretaciones lo agradecerán.
Texto: David
Ortiz Sánchez
Dirección: David Ortiz Sánchez y Julián Teurlais
Interpretación: David Ortiz Sánchez y Julián Teurlais
Escenografía: Teurlais&Ortiz Producciones
Dirección: David Ortiz Sánchez y Julián Teurlais
Interpretación: David Ortiz Sánchez y Julián Teurlais
Escenografía: Teurlais&Ortiz Producciones
Cartel de la obra |
«Lo
bueno si breve...» ya se sabe el final. Y lo bueno si repetido... pues
mejor también, como digo yo. Walter
ego
es el ejemplo de esto que os comento. Con veteranos en el mundo del
microteatro es fácil haber encontrado la fórmula del éxito. En
Walter
la tenenos: una breve comedia con giros inesperados que te van
sorprendiendo hasta que llega al desenlace que, quizá un tanto
mareado por tanto giro, nos hace darnos de bruces con la realidad a la que estábamos
asistiendo. Una cita a cuatro que no es otra cosa que el diálogo que
siempre tiene uno con su peor enemigo en los momentos claves de su
vida, que como vemos en esta micropieza, siempre es uno mismo. Un
juego de egos que tiene como fondo la prostitución del que escribe,
y la suerte de los personajes que «a lo Pirandello», pero sin el
matiz trágico, consiguen salvarse de lo que parecía la crónica de
una muerte anunciada. Peor suerte corre otros de los personajes de la
obra. Pero como suele suceder en el teatro, todo es mentira o por
seguir con los tópicos, todo en el teatro es «puro teatro». En fin,
que después de salir de este micro y ver cómo los actores (Juan
Martín Gravina, Darío Frías y la bella Mariam Torres) se lucen,
pero que muy bien en sus circunstancias dramáticas, uno se alegra de
ser una persona de carne y hueso, bueno si es que somos eso y no
puros personajes salidos de la pluma de algún dramaturgo torturado o
pendenciero que vende nuestra alma —su alma también— al mejor
postor. Si yo fuera uno de ellos, un personaje, digo, no me
importaría haber salido de la cabeza de Luis Sánchez-Polack.
Texto: Luis Sánchez-Polack (sobre una idea de Juan M. Gravina)
Dirección: Luis Sánchez-Polack (sobre una idea de Juan M. Gravina)
Interpretación: Juan Martín Gravina, Darío Frías y Mariam Torres.
Dirección: Luis Sánchez-Polack (sobre una idea de Juan M. Gravina)
Interpretación: Juan Martín Gravina, Darío Frías y Mariam Torres.
La
propuesta de José Luis Lozano, Gracias por querernos así, nos acaricia y nos pega en diferentes
sentidos. A
través de sus personajes nos presenta, nos desarrolla y nos concluye
una escena sin aspavientos, sin giros inesperados, sin efectos
especiales. Es lo que crees que es y pasará lo que crees que va a
pasar. Expresión directa y pegada al suelo. Con sencillez, sin
dobles sentidos.
Las
actrices Bianca Kovacs y María Ivanova interpretan con sobriedad y
un erotismo latente pero contenido, un texto sólido en sus juegos
con el idioma. También reinterpretan de un modo voluntariamente
grotesco a algunos personajes masculinos no amorosos y amables
precisamente, pero acometen su recreación como si se tratase de un
juego, con un liberador sentido del humor que sirve para conjurar el
drama que por ellos padecen.
El
director le da a la pieza vigor en el vocabulario y energía en la
acción porque no quiere ni rozar el almíbar, la musiquita triste y
el frío negro del polígono. Nada de bracitos frotándose las
mangas, nada de castañeteo de dar pena. Sin ñoñería pero con
sentido y sensibilidad.
Las
actrices te observan, te escrutan pero no te juzgan ni te insultan.
Te hacen sentirte presente, eso sí. No dejan que te escapes. Tú
mira, pero que sepas que también te miran. No dejarán que pienses
que estás en Internet oculto y amparado, transgrediendo con una mano
en el ratón. Viajan hasta la frontera y poco antes de llegar se
detienen, miran de nuevo y retroceden. No ponen a prueba nuestro
sentido del ridículo porque no llegan a individualizarte, aunque a
veces lo parece. No eres visto por ellas como enemigo, ni como
pervertidor ni como chulo, pero sientes que mantienes todo el rato la
risa-mueca como escudo. Je, je, qué razón tenéis. Je, je, no sabes
cómo entiendo lo que decís y eso.
Somos
testigos de una injusticia atávica, estamos en medio de una
conversación sobre la explotación del hombre por el hombre (bueno,
de la mujer por el hombre) repetida durante miles de años y nos
estamos descojonando. Notamos que somos parte de algún modo de ese
abuso consentido, pero como lo experimentamos sin culpabilidad, puede
que no nos afanemos en echar esas imágenes de nuestra cabecita a
toda velocidad. A lo mejor hasta nos da para repensar sobre ello.
Nosotros te recomendamos que vayas a verla,
que disfrutes de la interpretación y que no bajes la mirada. Hay
mucha vida real y un excelente enfoque. Ahora, si lo que quieres son
cambios sorprendentes, fantasmadas y volantazos de guion de última
hora, mejor es que te quedes en casa y te pongas El sexto sentido.
Texto: Jose Luis Lozano
Dirección: Jose Luis Lozano
Interpretación: Bianca Kovacs y Maria Ivanova
Dirección: Jose Luis Lozano
Interpretación: Bianca Kovacs y Maria Ivanova
Fechas y Horarios de todas las obras:
Del 4 al 26 de octubre
Viernes 4 pases desde las 23:30
Sábados 6 pases desde las 22:30
Viernes 4 pases desde las 23:30
Sábados 6 pases desde las 22:30
4€ por función.
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