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TU PRIMERA COLONIA…

Cartel de la obra
Esta va a ser mi microreseña para el nuevo proyecto teatral que nos han presentado Las MicroMachines este pasado fin de semana. Tres «mujeres de pequeñas dimensiones pero con grandes capacidades» que van a subir a la escena      —madrileña, de momento— obras breves de autores contemporáneos. Y con esta premisa, han comenzado su proyecto con el microtexto El dulce olor de la cizaña, de Juan Pablo Heras. ¡Un comienzo a lo grande!
Tres mujeres, tres amigas, un cumpleaños y un bebe en puertas. Una celebración, un juego de falsas apariencias y engañosas amistades interesadas donde ni las buenas son tan buenas ni las malas malísimas lo son tanto. Una divertidísima comedia de hilarantes absurdas situaciones que provocan un enredo propio de una tragedia con un final sorprendente. Acciones rápidas y textos fluidos llevan a nuestras protagonistas a ganarse, por la risa, a un micropúblico —público en pequeñas cantidades— rendido a sus pies.
Eva Egido Leiva, Olga Goded y Conchita Piña se autodirigen apoyadas por la magnífica colaboración de Juan Ayala. Entre ellas existe una compenetración especial: se coordinan a la perfección. Hacen un trabajo actoral excepcional con marcadas poses que rozan, en muchas ocasiones, esa mímica tragicómica de lo más entretenido.
La trayectoria de Eva y Olga es larga y muy fructífera en el mundo de la escena, pero ahora se suma Conchita Piña a este hermoso proyecto y nos alegra verla de nuevo subida a las tablas tras casi quince años —salvo, en su recital de poesía Lo que nunca contó Isabella Más estrenado en 2014—.

No quiero ni puedo desvelar nada más. La MicroMachines están programadas en La infinito —un lugar muy acogedor y con mucha cultura por las paredes— todos los viernes de abril en pases de 21h y 21:30h. No te confíes y esperes hasta última hora. Tienes que reservar porque lo petan!!!!

Yo cizaño, tu cizañas, todas cizañamos…




Apunta: Vir Casanova





Ficha artística

Dramaturgia: Juan Pablo Heras
Interpretación: Eva Egido Leiva, Olga Goded y Conchita Piña
Dirección: Las MicroMachines con la colaboración de Juan Ayala.
Vestuario: Olga Bouzón
Producción Ejecutiva y Distribución: Distribuciones del Off
Coproducción: Acciones Imaginarias, Ediciones Antígona y Surca Teatro.
Comunicación: crea-comm.net



LA FALSA MONEDA

Cartel de la obra
Hemos asistido al TDA para disfrutar del estreno de El troquel, una comedia de Ignacio Pajón Leyra que reflexiona sobre el límite entre lo verdadero y lo falso. Es curioso, y no podía ser de otra forma, tratar este tema en un escenario: el lugar donde más se miente y el que se dan, a la vez, las acciones más verdaderas. Pues bien, bajo esta aparente contradicción sucede toda la obra.
 Sofía y Leonardo (no perder de vista la simbología de los nombres propios de los personajes) se ven envueltos en un dilema que les llevará a cuestionarse su posición en el mundo y su forma de vida, una vida estructurada sobre una ética que se sustenta entre la verdad de la mentira, la copia y lo genuino, la baratija y el arte. No vamos a hablar más del argumento, para que podáis disfrutar de la sorpresa de las peripecias en las que desenvuelven los personajes. Pero de lo que sí vamos a hablar de la coherencia con la que Eva Egido, la directora, ha presentado esta propuesta escénica.
Como os decía, todo es coherente en la función, porque todo orbita a partir de la misma filosofía: la polaridad verdad-mentira. La escenografía juega a mostrarnos el detalle, pero desde la desnudez del cartón, desde la imagen sin funcionalidad, es decir, que todo parece que es, pero a la vez no es; es pero es falso.  De ahí saltamos al atrezzo, igual que la escenografía, todo con trampa y con cartón, pero tan bien resuelto, que cualquiera cambiaría su Louis Vuitton por el bolso con el que Sofía, la protagonista, se pasea por el parque. Lo mismo podríamos decir del vestuario, otro elemento que en clave simbólica completa la estética de la obra.
Eso sí, que nadie se llame a engaño, porque los actores son los que son (y por suerte). Olga Goded y Paco Mariezcurrena se presentan desde la más pura realidad y el naturalismo haciendo entrañables, humanos y sinceros, a pesar de sus profesiones, a los protagonistas.  Algo más alejado del plano real, pero jugando muy bien su personaje Duende se presenta Daniel Monreal. Este personaje nacido de la propuesta escénica de Eva Egido, es el encargado de hacernos ver que bajo la pretendida apariencia real que nos muestran los protagonistas, para los espectadores, todo sigue siendo falso. El Duende se cuela en las escenas de Sofía y Leonarno, marca los  tiempos de acción de los personajes y decide interpretar él mismo (en otro acto de ficción) varios de los personajes que interactúan con los protagonistas. Recita las acotaciones y cuando quiere deja a los protagonistas que nos muestren su vida, como si de personas y no de personajes se tratasen. Una buena intuición, la de colar a este Duende en la escena, porque todo lo que hace va a favor del texto y de la acción dramática. Apoya a los actores, marca el timing de la función y cierra coherentemente la propuesta teatral.
Detrás de El Troquel no hay trampa ni engaño, lo que hay, y se nota, es un gran equipo que ha trabajado para conseguir que la obra se convierta en uno de los espectáculos de referencia de la temporada. Así que el domingo después de pasear por el rastro y comprar alguna moneda de esas que venden los anticuarios, pasaos por el Teatro del Arte y sacar una entrada para El Troquel, coged un buen asiento y no perdáis de vista vuestras pertenencias porque los domingos a las 17,30 de la tarde en el TDA, nada, y digo nada, es lo que parece. Y lo digo de verdad. 
Ahora ya podéis volver a mirar vuestra moneda.




 Apunta: Conchita Piña



Ficha  Artística y Técnica

TEXTO Ignacio Pajón Leyra
DIRECCIÓN Eva Egido Leiva
REPARTO
Olga Goded
Paco Mariezcurrena
Daniel Monreal

ILUMINACIÓN Rubén Vejabalbán
ESCENOGRAFÍA CartonAge 
VESTUARIO ALMARAVI by Jéssica Romo
UTILERÍA Blanca Paloma
PRODUCCIÓN EJECUTIVA Olga Goded y Marta Casanova
DISTRIBUCIÓN Paco Mariezcurrena y Distribuciones del Off
DISEÑO GRÁFICO Carlos Torres
DISEÑO DOSSIER Isaac Juncos Cianca
COMUNICACIÓN crea-comm
Una producción de SURCA TEATRO






PUEDE QUE... O PUEDE QUE NO QUE...


Cartel de la obra
¡Qué bien, qué bien, qué bien!, salir del teatro sabiendo que has visto una gran obra. Porque puede suceder que vayas al teatro y que o bien te guste lo que veas o bien no te guste lo que veas. Si te gusta lo que ves, entonces, se genera en ti una especie de confianza en el mundo entorno y te embarga la sensación de que tus coetáneos y contemporáneos, que se dedican al mundo del arte, están construyendo para el futuro inmediato y el futuro lejano, de los que vendrán, un espacio cultural libre y dispuesto a la crítica; o puede ser que vayas al teatro y no te guste lo que veas, con lo que todas tus esperanzas anteriores se derrumban. Esta segunda hipótesis queda totalmente descartada si lo que vas a ver es Incrementum en el Teatro Galileo.
Peris-Mencheta dirige y adapta esta obra de Georges Pèrec en la que se habla de la relaciones laborales con un supuesto director de departamento al que las actrices / trabajadoras (realmente brillantes en el escenario) deben enfrentarse para solicitar un aumento de sueldo. El tema sencillo, común, cotidiano —demasiado cotidiano a nuestro pesar—; el tema, una excusa del autor, y ahora del director, para hacer del escenario un lugar de reivindicación; el tema, una crítica al engranaje del sistema capitalista del que parece que es imposible zafarse. Cada división dicotómica que se plantean las protagonistas ante un único hecho las lleva, irremediablemente, a otra duda dicotómica. Así hasta que entran en una espiral de sinsentido, de la que ya no pueden salir, por intentar llevar el lenguaje lógico hasta sus últimas consecuencias. Si ya lo decían los griegos: mêdén ágan, «nada en exceso».
Y esto no es más que el principio, porque lo mejor está por llegar.
¿Qué vemos en escena? Un homenaje al mejor teatro de vanguardia de mediados del siglo XX incluso con cita a Ionesco: «coged un círculo acariciadlo y se volverá un círculo vicioso»—. Una puesta en escena que recoge lo mejor de la esencia absurda, cómica y existencial de este tipo de teatro. Porque, ¿qué es lo que estamos viendo, en concepto, en Incrementum sino la deshumanización del hombre a través del juego desestructurado del lenguaje —rasgo propio del teatro experimental de vanguardia—? Pero además —y para ir sumando elementos positivos al montaje y la dirección—, puesto en pie desde lo cómico y lo surrealista, bien traídos ambos elementos, con un gusto por el sentido del ritmo y la coreografía exquisito. Lo mismo podemos decir de la escenografía: nada sobra en este espacio atemporal creado en una caja blanca, con unas sillas de oficina, un espacio sonoro altamente relevante para la obra, dos o tres elementos de atrezo y las actrices. Y todo esto manejado al milímetro. Porque nada debe dejarse al azar, todo está fijado de antemano en este espacio teatral que salta las barreras del drama para hacer metáfora del hombre contemporáneo.
Y para sembrar el orden dentro del caos en el que se acaba convirtiendo esta oficina y las propias trabajadoras asalariadas, la armonía de la música en directo, una música que va macando los tempos de acción-transformación de los personajes. Una música que va ganando, definitivamente, la batalla a la palabra.

Así que puede sucederte que decidas ir a ver Incrementum y que o bien te guste o bien no te guste. Para salir de esta duda dicotómica tendrás o bien que ir a verla o bien no ir a verla. Tú decides. Nosotros lo hicimos y salimos ganando.







FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA

Reparto: Lorena Berdún, Rebeca Ledesma, Ainhoa Aldanondo, Eva Egido, María Isasi, Marta Aledo, Quique Fernández
Dirección y adaptación: Sergio Peris Mencheta
Ayudante de dirección:Carmen Garay Lara
Producción: Nuria Cruz Moreno, Xabier Murua
Dirección de arte. Fotografías: Antonio Vicente
Coreografía escénica: Lucía Padilla
Vestuario: Un burro de cine
Diseño e iluminación: Kiko García