INSTINTOS BÁSICOS

Cartel de promoción de la obra
Ana (Emma Suárez) y Manu (Gonzalo de Castro) llevan muchos años casados y forman la típica pareja estable felizmente aburrida. Paula (Belén López), la amiga del gimnasio de Ana, es todo lo contrario: soltera fogosa, cuenta con crudeza las aventuras sexuales con sus amantes, entre los cuales hay un hombre casado. Teo (Luis Merlo), el amigo de Manu, acaba de separarse, pillado in flagranti con la asistenta… Los cuatro se reúnen un fin de semana en la casa de campo de Ana y Manu.
Entre pequeñas mentiras y grandes secretos se tensan los lazos entre los personajes. Lo que sabe cada uno, lo que sabe que saben los demás, como muñecas rusas de (auto)engaños y manipulaciones, surge la pregunta fundamental: ¿a qué aspiramos? El equilibrio de fuerzas entre el papel que asumimos, convencidos de que es lo correcto (sea el de gatita o el de loba) y el que desearíamos interpretar, entre las fantasías y las barreras morales, puede romperse moviendo una sola pieza del tablero. Paula, tan segura de su poder de seducción, andares felinos y vestido rojo, finalmente teme a la soledad como cualquiera. Ana se dedica a enterrar sus demonios bajo una gruesa capa de normalidad middle-class pero estos resurgen en los momentos críticos, como ese tremendo grito mudo al descubrir la infidelidad de su marido. Manu, canoso e intelectual, resulta pensar muchas veces con otro órgano que su cerebro, al igual que Teo, que tiene el mérito de reconocerlo abiertamente, aunque sea para darse aires de canalla.
Recientemente galardonado con el premio Valle-Inclán de Teatro por su montaje de De ratones y hombres, y ganador de innumerables premios MAX, Miguel del Arco es el hombre del momento en el mundo del teatro. Escribió Deseo hace casi una década, y todo este tiempo ha tardado en poder montarla (las vías de la producción son a veces inescrutables). La espera mereció la pena, ya que el estreno se dio en enero en el Teatro Alcázar Cofidis (que no es especialmente un teatro de segunda…) con un elenco de lujo, y una escenografía de primera.
El escenario giratorio y las paredes móviles permiten pasar de una habitación a la otra de la casa, a la vez que las proyecciones de vídeo, asfixiantes imágenes bajo el agua, traspasan las fronteras de lo consciente para que afloren a la superficie los miedos más escondidos de los personajes. Ana sobre todo, se encuentra así totalmente envuelta en imágenes claustrofóbicas, reflejo de sus frustraciones, en episodios de «trastorno mental transitorio», algo entre la alucinación y el sueño despierto. El lado oscuro, decíamos.

Ficha técnica-artística
Ana: Emma Suárez
Paula: Belén López
Manu: Gonzalo de Castro
Teo: Luis Merlo
Dirección y dramaturgia: Miguel del Arco, con Aitor Tejada
Producción: Nicolás Belmonte, Carlos J. Larrañaga
Dirección técnica: David González

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