Cartel de la obra |
La obra Las
tres hermanas de Antón
Chéjov se estrenó en Moscú en 1901 bajo la dirección de
Stanislavski. A partir de entonces, muchas han sido las
representaciones que se han hecho de este drama en cuatro actos en
todo el mundo. La
Compañía de Creación Escénica
con dirección de Óscar Miranda lleva su versión de Tres
Hermanas al escenario de
El
Umbral de Primavera.
La familia Prozorov habita en un
pueblo de la Rusia profunda. Tras la muerte del patriarca, las tres
hermanas y su hermano viven con el deseo de volver a su ciudad natal:
la idealizada Moscú. Pasado el luto, la casa se vuelve a llenar con
las visitas y todo parece alegría y esperanza en un futuro en la
anhelada e idealizada Moscú. Pero la llegada a la casa de la
prometida del hermano, Natasha, hace que una sombra se apodere de
todos ellos. Poco a poco Natasha irá marcando y ganando terreno
haciéndose con la casa y el total dominio de todo. La desesperanza
se afinca en las hermanas que terminan por aceptar sus vidas tal y
como están, dejando sus sueños y esperanzas de felicidad en el
camino.
Óscar Miranda, director y adaptador
del texto del clásico de Chéjov, ha conseguido una puesta en escena
muy gustosa y lograda. Ha prescindido de algunos personajes que,
realmente, no son primordiales para el desarrollo de la acción. Ha
dirigido con mucho gusto un drama con una oscuridad que va en
degradé. Para ello parece que en las escenas primeras la luz ilumina
la escena con más brillo y calidez que en las escenas finales, donde
la luz parece oscurecerse y enfriase ante el derrotismo que se cierne
sobre los personajes de las tres hermanas por no lograr los sueños
esperados.
Toda la función se ha basado en una
escenografía sencilla con objetos muy del estilo de la obra que van
de aquí para allá según pasan los actos. El vestuario también muy
acorde con la historia deja ver ese poso de pueblo, de costumbres,
tradiciones…
De los actores, todos muy en
consonacia a sus personajes, tengo que destacar la labor actoral de
las féminas de esta adaptación. Los papeles femeninos tienen un
poder extraordinario en esta obra. Los personajes de las tres
hermanas están brillantemente interpretados por las actrices Julia
Soto (Masha), Amanda Solar (Olga) y Kensit Peris (Irina). Cada una de
las actrices ha sabido destacar los pequeños detalles de cada una de
las hermanas dejando que la vida pase por ellas, tal y como lo relata
el mismo Chéjov. Sienten las vidas, sienten el amor, sienten la
desesperación y la desesperanza final como si, verdaderamente fueran
sus propias vidas. El trabajo de la vieja tata, Tina, y la odiosa
Natasha, interpretados respectivamente por María José Pérez y
Elena Candel, aún siendo sus personajes más exagerados que el
resto, sus interpretaciones aportan dos puntos opuestos y a la vez
dos formas de vida diferentes. Es por esta distinción por la que el
personaje de Natasha es odioso en papel y, de la misma manera, en
escena es repelente, estridente y detestable.
Un clásico es siempre un clásico,
pero si tiene una buena dirección y un buen elenco de actores ese
clásico se hace especial. No dejes la oportunidad de ver a La
Compañía de Creación Escénica
los sábados de enero a las 19:30h en El
Umbral de Primavera.
«La felicidad no existe. Lo único
que existe es el deseo de ser feliz». Antón Chéjov
Apunta: Vir Casanova (@Vir_casanova)
Ficha
artística
ACTORES:
JULIA SOTO, KENSIT PERIS, AMANDA SOLAR, ELENA CÁNDEL, MARÍA JOSÉ
PÍREZ, NACHO AMADO, RUBÉN ORTEGA, TÁRIK HERVÁS, JAVIER MOLINA,
TEXTO:
ANTÓN CHÉJOV
VERSIÓN Y
DIRECCIÓN:
ÓSCAR MIRANDA
AYUDANTE DE
DIRECCIÓN:
MARÍA TERESA GARCÍA ESTEBAN
DISEÑO
GRÁFICO:
DENISE DEL CARMEN
PRODUCCIÓN:
AMANDA MARTÍN
ASESORA
DE
MOVIMIENTO:
PALOMA SÁNCHEZ DE ANDRÉS
VESTUARIO:
ARANTXA MARTÍNEZ DE LUCAS
COMPAÑÍA DE
CREACIÓN ESCÉNICA
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