Cartel de la obra |
En el
mismo barrio, con la misma mujer, en el mismo trabajo y con los mismos amigos
de toda la vida, Julián pasa sus días. Un ser de aspecto triste, conformista, bonachón
de rutinas, más o menos marcadas, que nunca pierde la esperanza, que
difícilmente se deja vencer por las situaciones tremendamente desfavorables y
tan cotidianas, en «los tiempos que corren». En espera de un ascenso que parece
no llegar nunca, se encuentra con un despido injusto, innecesario e inoportuno.
Y como siempre ocurre, nunca las desgracias vienen por separado, se encuentra
abandonado, de la noche a la mañana, y embarcado junto a sus amigos en una
aventura de las que siempre se piensan pero solo unos pocos se atreven a llevar
a cabo, con un final feliz, o no, según se mire.
Los
Teatros Luchana reestrenan la obra de Yassin Serawan ─ autor, director y actor
─, La esperanza en tiempos de crisis o La
crisis de la esperanza. Una comedia ácida, según se indica en el programa,
y basada en hechos reales. Y así es. Es una comedia porque tiene esos golpes cómicos
muy interesantes con efecto risa nerviosa provocada, sin duda, por la cercanía
que encuentras en ellos enfocados en la realidad. Siendo de barrio son mucho
más fáciles de identificar y reconocer. Es ácida porque, algunas veces, esa
misma comicidad solo es comprensible desde la más absoluta cercanía a la tragedia
esencial de la escena y esa tragedia tiene ese regusto a pomelo mañanero
inaguantable ─aguantable solo en clases altas venidas a más con desayuno recién
exprimido cuyo gusto ácido no es el mismo, ni mucho menos ─.
Nada de esto
podría ser posible si no hubiera de por medio un texto con una realidad latente
en cada frase, una buena mano direccional y un elenco de actores que más
parecen los sufridores reales de las palabras e historias de su creador. Este
elenco, desde el primero hasta el último, aporta altas dosis de realidad, de
credibilidad y comicidad a cada uno de sus personajes y, por extensión, al
conjunto de la obra. Llevan sus personajes a ese límite finísimo donde lo real
y lo ficticio se funden en uno. ¿Quién no se ha encontrado con Adolfo, el
taxista, con Pepe, el chungo o Gabi, el intelectual, en el bar de su barrio? En
la misma mesa donde juega tu padre al mus y se toman sus cacharrillos, Adolfo
se mea en Barrabás, Pepe en el más allá y Gabi los encabrona más, si cabe, con
sus palabras de libro cuando se tocan los temas más candentes de la ya no
rabiosa sino asquerosa realidad. ¿Y qué me decís de Rita y Julián? ¿Nadie ha
tenido una vecina en el tercero, cajera desde hace mil años, casada con Julián,
el administrativo triste, desde hace otros mil, joven pero ajada por la misma
vida y la misma ruindad del menos mileurista ahogado que se escapa por la
puerta de atrás? Por no hablar del señorito andaluz que alguna vez te ha tocado
en la ruleta de la vida como jefe, más de campo que las flores, con más dinero
que pesa de pagar poco y exigir mucho, que siempre da la vuelta a la tortilla
para que, comprensiblemente, seas tú o «los tiempos que corren» los culpables
de la situación que se te avecina.
Cada
escena se representa en diferentes espacios del escenario diferenciados por la
proyección de la luz sobre ellos. Una luz tenue, de semioscuridad, casi de vela
que provoca todavía más esa sensación de asfixia, de tragedia...
Todos y
cada uno de los actores merecen el reconocimiento que se llevaron en aplausos
al final de este reestreno y esperamos, con toda sinceridad, que sigan
recogiendo durante toda su estancia en los Teatros Luchana. Podrás admirar su
enorme trabajo todos los viernes y sábados a las 22h hasta el próximo 31 de
octubre.
«Los
desposeídos tienen un mundo que ganar». Karl Marx
Apunta:
Vir Casanova
Ficha
artística:
Elenco:
Rafa Nuñez, Cristina Goyanes, José Burgos, Manuél Tallafé, Víctor Boira, Carmen
Trueba y Yassin Serawan.
Una obra
escrita y dirigida por Yassin Serawan y producida por Itaca Producciones
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