Cartel de la obra |
La
cartelera madrileña está de suerte: ha vuelto, ahora al Nuevo
Teatro Alcalá, la obra Excítame, de Stephen Dolginoff con
dirección de
José Luis Sixto y dramaturgia
de Pedro Víllora. Tengo la suerte de conocer varias facetas
literarias de Pedro, en todas ellas soberbio, por cierto, y ni que
decir tiene que esta versión es un ejemplo paradigmático de su buen
hacer. Gracias, por este regalo en castellano.
Después
de reconocer al cesar lo que es del cesar, o precisamente por ello,
avanzo recorriendo los pasos obligatorios, pero antes me paro para
tomar aire y así poder hablar sin emocionarme del gran espectáculo
músico-dramático que es Excítame.
Para
empezar, sorprende pensar que esta obra es un musical, es cierto que
lo es, pero es tan impactante el desarrollo de la acción que se te
olvida que los personajes nos cantan su drama. La historia, una historia real, te va cogiendo y sobrecogiendo por momentos: dos
amigos «especiales», después de cometer una serie de delitos menores,
deciden perpetrar lo que ellos creen que es un crimen perfecto. Pero
yo no quiero hablar de lo que va la obra; yo quiero contar otra cosa.
Continúo.
Un escenario con mínimos elementos, los justos para ambientar la
escena, un espacio sonoro y un diseño de luces que te envuelve y
consiguen evocar un espacio íntimo, que no es solo físico, sino que
parece que nos transporta al interior de los personajes, un excelente
músico pianista, un texto impresionante y dos actores: Alejandro de
los Santos y David Tortosa. No sé si podría decir actores, eran sus
cuerpos y sus voces (de eso estoy segura), pero ellos no eran ellos,
ellos eran Nathan
Leopold y Richard Loeb. Ellos
eran
capaces de transportarnos al Chicago de 1924 sin que nos diésemos
cuenta, aunque la historia que nos contaban
bien podría estar sucediendo ahora mismo.
No
había en el escenario nada impostado, todo era verdad, una verdad
que sobrecogía por varios motivos: por la dureza del texto; por el
reflejo tan fiel y descarnado que plantean de los instintos más
primarios del hombre; por cómo se muestra la debilidad, la
manipulación, el poder de la persuasión; por el retrato terrible
que se ofrece en la escena de una psique enferma; por la catarsis que
produce ver que nadie está alejado de caer en esa trampa mortal que
es la necesidad del otro para satisfacer los propios instintos o para
reafirmarse a través del valor que te otorga el que dialoga contigo;
por la calidad dramática de la propuesta escénica; por la
sinceridad y la honestidad de los actores... Ni siquiera la música
en directo y escuchar
cantar a los actores rompía
el juego verosímil que propone la obra, porque
ellos no cantan, ellos dramatizan las canciones, ponen música y
armonía a una historia que, a lo mejor, no puede ser contada si no
se dulcifica con una melodía. La música calma a las fieras, ¿no?, o
eso dicen.
La
experiencia, como espectador, que supone ver una obra del tamaño
descomunal que es Excítame,
hace que se entienda el
valor del
teatro como un arte. Todo está medido, nada sobra. La
dirección, la interpretación, la adaptación están tomadas desde
la honestidad que se les supone a aquellos que solo quiere contar una
historia, que no quieren
nada más que contar una gran historia desde un lugar pequeño, desde
la responsabilidad y la necesidad
del trabajo bien hecho.
Excítame
no es solo un musical, Excítame
no es simplemente una obra de teatro, Excítame
es algo más que eso, es
la prueba de la buena salud de nuestro teatro.
¡Excitarse,
sí, en las butacas! Desde
el 13 de mayo en el Nuevo
Teatro Alcalá
Apunta: Conchita Piña
Ficha
artística y técnica:
Autor:
Stephen
Dolginoff
Dramaturgia:
Pedro Víllora
Director:
José Luis Sixto
Actores:
Alejandro
de los Santos y David Tortosa //Alberto Fría y Marc Parejo
Director
musical: Aday Rodríguez
Pianista:
Aitor Arozamena
Escenografía:
Asier Sancho
Iluminación:
Juanjo Llorens
Sonido:
Sandra Vicente
Vestuario:
Sastrería Cornejo
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