Foto de la obra |
El
espacio Labruc se abre a nuevas experiencias teatrales. Ahora acoge
en su sala Haunted House, un espectáculo dirigido por Ana
Kuntzelman e interpretado por Leyre Asarta y Marcos García Barrero.
La
mejor forma de entender lo que está llevando a cabo con su
espectáculo la compañía Snomians es asistiendo a una
representación de su «Casa encantada», principalmente porque lo
que nosotros vimos el pasado domingo nada tiene que ver con lo que
veréis vosotros el siguiente. Porque esto es lo mágico y lo genial
de esta propuesta que se sustenta sobre un principio de
improvisación. Pero no os asustéis, la improvisación que tratan
estos geniales actores nada tiene que ver con papelitos sacados al
azar, palabras graciosas y cosas que te llevarías a una isla
desierta. No. Al contrario. La improvisación sobre la que trabajan
estos actores es de verdad. Marcos y Leyre, bajo la atenta mirada
mirada de Ana, llevan trabajando varios años este montaje, y se
nota. La complicidad que tienen los actores en la escena, la forma en
que se no-se-miran, los silencios, la manera de recoger los dardos
que son las palabras que se lanzan... todo esto, nada tiene que ver
con la improvisación al uso, porque su método parte de la búsqueda. Su teatro lleva implícita una filosofía propia que nace desde actor
hacia afuera. No se acogen a ningún método establecido, ellos como
actuantes y el contexto que les da el lugar (el físico y el otro)
son el método. Trabajan la acción teatral, la palabra, la danza,
porque aunque en Haunted no dancen, se nota el tempo del
baile, su poética, la coreografía interna que actúa como resorte en estos
personajes que se llaman igual que los actores, Marcos y Leyre. De
ahí que nosotros los bauticemos como actuantes (no son ellos, no son
actores, no son personajes... son acción, tiempo, lugar y situación;
son su aquí y su ahora).
El
ahora en Haunted House es el límite del terror, pero no del
terror ese que se pasa poniéndote un cojín delante de la cara, no,
el terror que se explora en esta Casa tiene que ver con el
miedo interno, con ese miedo a no ser entendido, a la incomunicación,
con el terror que despierta que alguien descubra tus fantasmas y te
los ponga delante. Marcos y Leyre nos presentan dos situaciones: una
conversación de pareja y un casting para Hamlet. Esta es la
excusa y el pretexto para poner en acción la dinamo del miedo a
través de la palabra, las que se dicen y no llegan porque no se
entienden, en la pareja, y la palabra que llega demasiado y que acaba
convirtiéndose en violencia en el casting. Todo esto nos lo
muestran desde la más completa naturalidad y escased de recursos:
dos sillas con dos láparas, un fondo de proyección y una película (que recuerda al
cine de autor europeo) que se proyecta mientras los personajes callan
y escuchan en el escenario. La proyección nos muestra lo que no
vemos de estos personajes, sus miedos y completa y contextualiza la obra.
Haunted
House, tiene muchas lecturas, y esto es lo verdaderamente
interesante de la función y el acierto de Ana, la directora: podemos
quedarnos en la primera capa, las historias que se nos cuentan en
esas dos escenas, pero si nos sabe a poco podemos avanzar más y
descubrir que esto es excusa para hacer metateatro y mostrarnos un
trabajo de laboratorio teatral, pero podemos seguir ahondando y
descubrir que también es una obra que habla sobre el valor y la
importancia de la palabra (de lo que se dice y de lo que no se dice),
pero también es un trabajo que pone en acción los límites del
actor y la escucha activa. Y además de todo esto, y en definitiva,
es una obra de teatro que te permite pasar un buen rato, uno de esos
buenosmalosratos que se viven cuando vas a ver una función y
sale tocado y hundido.
Pues
eso, Haunted House es una experiencia teatral completa. Si
queréis disfrutarla aún estáis a tiempo, el domingo 26 de octubre
en la Sala Labruc. Nosotros vimos esto que te acabamos de contar,
pero vosotros, seguro, veréis otra cosa. Todo dependerá de vuestro umbral del miedo.
Apunta:
Conchita Piña
Ficha
artística y técnica
Actores:
Leyre Asarta y Marcos García Barrero
Dirección:
Ana Kuntzelman
Producción
y comunicación: Snomians
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