A MONTGOMERY SE LE VEN LA CICATRICES

Cartel de la obra
La Pensión de las pulgas acoge estos días a Montgomery Clift. De la mano de Alberto Conejero (poniendo texto y parte de la dirección junto a Alberto Velasco) y en la piel de Carlos Lorenzo.
¿Qué vamos a ver en Cliff? O mejor, ¿qué vamos a ver de Cliff? Pues a través de un recorrido poético, nos adentraremos en el lado más oscuro de la vida secreta de este actor.
La poesía, o mejor la poética, juega un papel fundamental en la obra. El tempo de la obra no se sujeta al tiempo real, sino, más bien, al tiempo interno desde el que el protagonista nos desvela o se desvela a sí mismo, su realidad. Acompaña a este tiempo el ritmo del discurso, que va del relato a un segundo (público) al monólogo interior. En esta atmósfera descubrimos al hombre Cliff, no al personaje/actor y vivimos con él su decadencia, su alcoholismo su homosexualidad frustrada. Sus últimos días...

La dirección, lleva a Carlos a un juego en el que no hay lugar a la espontaneidad. Todo está medido, todo marcado en una especie de coreografía que determina su sentarse, su tocarse, su coger el teléfono... Se ve de fondo al bailarín Velasco, que codirige con Conejero. La puesta en escena sencilla, pero efectista, va amoldándose a las necesidades del personaje. Es él, Cliff-Lorenzo, el que va organizando y definiendo el espacio, la luz, el lugar del acting en función de la fábula. Al igual que hace con el relato de su vida, que nos va desvelando solo aquello que quiere mostrar, de la misma forma nos muestra el espacio, juega con la luz para reunirnos en un lugar especial que no está aquí, sino más allá incluso de su cuerpo y de él mismo. Recorta la visión, nos da margen o no en la sala, convirtiendo el lugar de la representación en una metáfora de su lugar interior, en una materialización de su alma. El espacio va del secreto al desvelamiento, igual que su confesión. A veces sientes, como espectador, que estás invadiendo su espacio físico y su lugar interior. Pero hay algo del personaje que te obliga y que incita a seguir mirándole. Quizá porque el personaje de la historia es un actor (que reclama un público para sí), interpretado en la sala por un actor que hace de un actor (que reclama un público para sí)... 
El resultado, aparente, un conjunto coherente que capta en la puesta en escena la esencia poética del texto, aunque este no sea especialmente fácil ni para el espectador ni para el actor.

Si os apetece verlo, está en La Pensión de las Pulgas, el lunes 29 y el martes 30 de septiembre y en octubre.Y si os quedáis con ganas de más Alberto Conejero, podéis buscar sus textos en la librerías o esperar a enero de 2015 que vuelve al teatro con otra joya dramática. Pero eso... os lo contaremos más adelante.


 Apunta: Toni García





Ficha artística

Autor: Alberto Conejero
Actor: Carlos Lorenzo

Dirección: Alberto Conejero y Alberto Velasco

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