VIAJEROS AL TREN

El Teatro Lara comienza su programación de temporada con una cartelera muy apetecible. Son muchas las obras que va programar en sus off y su sala principal, pero ya iremos hablando de ellas. Ahora toca hablar de una obra que, sin duda, se va a convertir en una de las de la temporada. Como si pasara un tren. Un texto de la autora argentina Lorena Romanín, interpretado por  María Morales, Marina Salas y Carlos Guerrero  y dirigido y adaptado a su versión castellana por Adriana Roffi.
Entramos al off del Lara y lo que vemos ya nos da la pista de que vamos a asistir a una función de teatro argentino. Los actores esperan a que la sala se llene para darnos la bienvenida e invitarnos a que disfrutemos del espectáculo. No hace falta que nos  inviten porque en cuanto empieza la obra, ya sabemos que lo vamos a disfrutar.
Tres actores, una casa de pueblo y una historia de familia y adolescencia son las claves que forma esta comedia dramática. Bueno esto y el resto de personas, situaciones y cosas que aparecen de forma latente en la obra. Un supuesto problema de drogas acaba llevando a una joven a pasar una temporada con su tía y su primo, un chico un poco menor que ella que sufre un leve retraso intelectual, en la casa del pueblo dónde ellos viven. La convivencia llena de roces y tensiones, en un principio, se va convirtiendo en un intercambio de formas de vida que los personajes adoptan como aprendizaje para su propia vida. Un conflicto que viene presentado desde que la primera frase de la obra y que se va desvelando, no tanto por lo que pasa en la escena, sino por lo que viene dado por los personajes ausentes y latentes que interviene en la fábula. Así va a avanzando la historia y se van desarrollando los personajes. Una propuesta muy argentina que hace que los espectadores vayamos cerrando la historia y poniendo en ella lo que los personajes van apuntando. Destacable del texto es la capacidad que tiene la autora para presentarnos un drama humano (alejado del melodrama) desde la sencillez de un hecho cotidiano. Con la excusa de un castigo de una madre a una hija, la autora hace un retrato completo de una estructura familiar. Y lo hace desde el puro distanciamiento, que ya apunta al comienzo de la obra (vemos a los actores en el escenario esperando para comenzar la función) y que luego mantiene desde el relato moralmente objetivo con el que nos presenta la historia. Juega también a favor de este distanciamiento el buen uso que la autora hace de la elipsis temporal. Es por lo que nos cuentan que nos vamos enterando de lo que va pasando entre escena y escena. Claro es que todo esto lo vemos así, por el  buen trabajo que llevan a cabo los actores. Tres grandes que hacen absolutamente creíble la historia que nos cuenta. Trabajan con precisión milimétrica entre el naturalismo y la ficción más verosímil. Así nos parece que a ratos estuviéramos escondidos detrás de una ventana indiscreta, espiando la vida real de una familia y, a ratos, nos sentimos plenos espectadores y espectadores conscientes en nuestra posición de público de una ficción dramática. Dentro de este gran juego teatral no podemos destacar sino el gran equipo que hacen estos tres actores. María, Marina y Carlos transitan por el texto con una naturalidad sorprendente; parece que esta obra hubiese estado escrita para ellos, esto debe ser así, debido a la buena mano con la que Adriana, la directora, los va llevando por toda la obra. Mencionar quizá el buen trabajo de personaje que hace Carlos, retratando la discapacidad de Juan Ignacio desde una naturalidad que escapa del cliché y de la lástima hacia el personaje. Sin duda, un gran trabajo actoral en conjunto que hace de este viaje una experiencia teatral completa.
 Podríamos seguir durante horas escribiendo sobre el texto, deshilvanando el fino hilo que une el triángulo perfecto texto-actores-público, pero no lo vamos a hacer, porque al igual que un viaje que uno tiene que emprender solo (esta es la lectura interna de Como si pasara un tren), esta obra tiene que pasar por la experiencia directa del espectador, no es suficiente con que te la cuenten. Así que, haced vuestras maletas, sacan un ticket para el próximo lunes y dejaros emocionar por el paisaje teatral que esta compañía nos muestra y por el que nos invita a imaginar. Todos los lunes hasta el 13 de octubre. Yo ya tengo mi billete, ¿y tú?

Ficha artística
Autora: Lorena Romanín
Dirección y adaptación: Adriana Roffi

Actores: María Morales, Marina Salas y Carlos Guerrero



 Apunta: Conchita Piña

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