Cartel de la obra |
La
obra de Slawomir Mrozek, llevada al escenario por la compañía La
Machina Teatro obtuvo
el premio Max de teatro al Mejor Espectáculo Revelación 2012.
Muchas
de las características del género del teatro del absurdo se dan en
ella: insistentes reiteraciones, sátiras, juegos con la voz,
caricaturas y deshumanización de unos personajes estereotipados que
ponen de manifiesto los conflictos que se generan dentro de cualquier
grupo humano.
La
trama es muy sencilla. Tres naúfragos, dos mujeres y un hombre, en
mitad del océano tratan de sobrevivir hasta el extremo de tener que
decidir quién de ellos será elegido para acabar como alimento de
los otros. La superioridad del personaje poderoso, manipulador y
egoísta atraerá hacia sí al personaje mediocre que, por su
cobardía y sumisión al poder, se dejará proteger por el más
fuerte. Estos dos se alían frente a un débil tercero que, carente
de recursos y apoyos, no tendrá más opción que ser el elegido para
el banquete marino.
La
escena se compone de una pequeña piscina cuadrangular con una lámina
de agua que representa la balsa y sirve de escenario a los actores.
Dos sillas y un baúl mágico del que se extraen todos los útiles
necesarios para cada cuadro, completan la escenografía. Una
escenografía que busca recrear la situación mediante el recurso a
la imaginación del espectador y empleando los mínimos elementos
posibles.
La
representación de En
alta mar,
se apoya fundamentalmente en el trabajo de actores de larga
trayectoria que dominan el espacio, llenan el escenario con su
presencia y saben sacarle partido a un texto que en ocasiones navega
por una línea difusa entre el absurdo y el naturalismo. La obra
arranca con una larga secuencia de un simbolismo poético que captura
la atención del público y tras un abrupto cambio de registro, se
instala en una especie de realismo grotesco que, con golpes de humor
y referencias cinematográficas expresionistas, se mantendrá hasta
el final.
La
propuesta escénica del director no siempre se justifica y más de
una vez vapulea al espectador que no sabe a qué atenerse, dada la
múltiple cantidad de referencias y curvas en la trayectoria.
Agradecimos
a los actores que, tras finalizar la obra, se ofrecieran a mantener
un diálogo para comentar la representación con el público. Un
intercambio de impresiones que, además de ser un gesto valiente,
ayuda a que el teatro resulte más pedagógico.
La
Compañía santanderina La Machina Teatro interpretó esta obra en el
Centro Cívico Río Ebro dentro del programa que el Teatro
de la Estación organiza
en los centros cívicos de Zaragoza.
Autor: Slawomir Mrozek
Intérpretes: Patricia Cercas, Fernando Madrazo, Rita Cofiño y Luis Oyarbide
Vestuario: Paula Roca
Escenografía: José Helquera, La Machina Teatro
Iluminación: Victor Lorenzo
Producción: La Machina Teatro
Dirección: Francisco Valcarce
No hay comentarios:
Publicar un comentario