Foto de promoción de la obra |
Salir
la noche de Halloween —fiesta absurda heredada del gran imperio
capitalista donde ni hay trucos ni tratos— y asistir al Teatro
Alfil,
a despertar del letargo al que te has acomodado a pesar del drama
social existente, es como enchufarte a una batería de recarga
acelerada. No hay nada que me pueda gustar más que salir de una
función teatral y poner la lavadora mental a dar vueltas sin parar.
Esa sensación de ver cómo el teatro no es solo un lugar donde ir a
pasar el rato, a desconectar de la vida diaria, a reír o llorar sin
más. ¡Menos mal!
Recortes
está compuesta por los textos Reflectante
y Frágil
exquisitamente adaptados por Juan Cavestany. Mariano Barroso,
director de esta peculiar y sorprendente puesta en escena, nos
introduce de una manera sutil, sencilla, natural, sin odiosas
sensiblerías ni lágrimas fáciles en dos historias que tocan la
realidad existente hoy en día y nos tocan de lleno a los que
asistimos a este juego de decir las cosas como son, sin tapujos ni
tapadillos. Y esto es de agradecer.
Reflectante
es
la historia de como Rosario madre de una hija dependiente aquejada de
una minusvalía psíquica-física busca la manera incesante de
satisfacer sus necesidades. Es la historia de una madre con una gran
energía y desmedido positivismo en su lucha por la felicidad de su
hija, a pesar de los injustos recortes económicos en los que se ha
visto envuelta. Es la historia de una madre que podría representar a
las miles de madres que están en esa misma situación y que son
ejemplo de superación para todos.
Frágil,
en el mismo sentido que Reflectante,
es un monólogo con truco. Grandioso. El texto es para dos
personajes. En escena solo hay uno. Sobre las tablas Jose, enfermo
mental con problemas de drogas y bebida, irrumpe de madrugada en el
apartamento de Carmen, trabajadora del centro de salud al que asiste
y que van a cerrar —por supuesto, por los recortes—. Está
inquieto, temeroso de su devenir y con ideas devastadoras de héroe
de primavera árabe. Y Carmen intenta calmarle. ¿Pero si solo hay un
personaje en escena quién interpreta a Carmen? El público. Así sin
más. Y se me ocurre que esta coral interpretativa tiene una
semejanza con la vida en general. Ese decir un texto sin pensar,
porque lo tienes que decir, que lo pone ahí. En este caso hacíamos
un personaje pero en la realidad ¿cuántas veces hemos escuchado
hablar a personas, a modo de coral también, sobre temas de rabiosa
actualidad sin haber pensado ni lo que dicen ni lo que han escuchado,
así sin filtros, solo porque lo dice un medio de comunicación —ni
decir queda, afín a los ajustes gubernamentales—? Y clic, a
remover un poquito la masa gris no se vaya a cementar. Este truco
escénico me pareció de lo más inteligente que he visto en mucho
tiempo. Genial.
Los
temas que nos plantea esta obra no pueden dejar indiferente. Están
en la calle, en nuestras vidas, a nuestro alrededor. Y es triste ver
cómo en esta cueva de ladrones sin castigo que roban el pan de los
pobres para dárselo a los ricos, las ayudas sociales no son
bienvenidas porque es un gasto innecesario e improductivo —ahora
que todo se mide por la producción-productividad—. Es patético
ver como en esta cueva de ladrones, gordos de tanta pesadez de
bolsillo, vacíos de razón y faltos de latidos, es mucho más fácil
arruinar vidas que asegurarlas. Y como en esta cueva de ladrones
tóxicos enfermos de primas de riesgo, bancos buenos y malos, euribor
y demás gilipolleces inventadas por cuatro tipos aburridos de tomar
copitas a costa la saca, «tanto tienes, tanto vales» y cuantos más
haya que valgan nada mucho mejor para ellos, a más tocan. Es
vergonzoso.
Ni
que decir tiene que las magníficas interpretaciones que llevan a
cabo Chusa Barbero y Alberto San Juan hacen que sus personajes
adquieran una naturalidad y sensación de realidad pasmosas. Les
acompañan muy poca utilería y un juego de luces sencillo, cosa
mucho más favorecedora para la actuación.
No
puedes perder la oportunidad de asistir a un ejemplo de buen hacer,
de buen contar y buen recibir. Recortes
estará en el Teatro
Alfil
todos los jueves a las 22:30h hasta el próximo 28 de noviembre.
No
te cortes y ve, que bastante recortados estamos ya.
Textos:
Frágil (David Greig) y Reflectante (Clara Brennan)
Reparto:
Alberto San Juan y Chusa Barbero
Dirección:
Mariano Barroso
Adaptación:
Juan Cavestany
Producción:
Mónica Regueiro y Violeta Ferrer
Ayudante
de dirección: Lupe Roda
Escenografía
y vestuario: Elisa Sanz
Diseño
de iluminación: The Blue Stage Familily
Diseño
de audiovisuales: Peris Romano
Diseño
gráfico: Mar Sarciada
Kasbah
y Produccionesoff
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