Cartel de la obra |
Esta
reseña es un homenaje a los grupos de teatro aficionado que fomentan
y viven del amor al teatro, que se dejan la piel para poner en pie el
arte de un montaje con el objetivo de hacer que sitios donde el
acceso al teatro es más difícil, las personas se conviertan en
espectadores de esta disciplina cultural.
Reunir
durante cuatro noches a cientos de espectadores a los que poco a
poco, con tesón y disfrute han inoculado su pasión por la escena es
un hazaña que se debe resaltar.
Ellos
nos cuentan que desde que comenzaron su andadura, con diferentes
montajes, han ido sembrando una cultura teatral que se palpa en el
ambiente cuando niños y mayores en silencio y con un respeto y
aprobación impecable aplauden y expresan en voz alta lo asombroso
que es ver transformarse a sus convecinos en modistillas, Bernardas
Albas o seguir un texto de Dario Fo.
Es
hermoso ver a padres e hijos, parejas, niños, ancianos subidos en el
escenario en sintonía con su lugar de origen. Gente que con otros
oficios se han volcado en hacer y hacerse felices interpretando,
cosiendo, diseñando, pintando, bailando, montando…
Dicen
que el escenario es una gran escuela de vida y ellos así lo
aprecian.
En
esta ocasión la compañía, como preámbulo de la fiestas patronales
y con una medida adecuación a lo necesario en estas fechas pone en
cartel una revista musical, estrenada en los años 20 y dividida en
dos actos en los que se combina sainete y escenas de revista. El
Sobre Verde tuvo gran éxito en su época y en 1971 se llevo
también al cine dirigida por Rafael Gil.
La
dirección de este grupo con nombre divertido de crema teatral, corre
a cargo de Pedro
G. de las Heras, un actor y director de raza, participe de varios
montajes y series de televisión. Un hombre que emana fuerza y
entusiasmo por el arte teatral, lo cual se ve reflejado a la
perfección en esta obra. Un director cuya pasión es el espectador,
sea de donde sea, y en el que sus puestas en escena son dinámicas,
actuales y con excelencia profesional.
Cuando
los más de 30 actores, bailarines, cantantes salen al escenario se
nota su disfrute y disciplina teatral y entonces la magia del teatro
se plasma en el aire y recorre la atención, la risa y la sonrisa de
los que contemplamos esa transfiguración de los personas en
personajes.
Tenemos
la suerte de llegar antes de la actuación y observar un camerino
improvisado detrás de bambalinas, donde trajes, maquillaje, actores
y actrices entre risas y un orden impecable se preparan para la
función. Fuera, las luces, el cuadro de mandos; hombres y mujeres
trabajando en una armonía absoluta para que el gran escenario sea el
lugar donde se va a proyectar el nuevo sueño escénico de una noche
de verano.
Mientras
esperamos una reflexión: el teatro es necesario.
Terminar
este texto con una advertencia a los que gestionan la cultura seria
de muy mal gusto. Todos somos conocedores del panorama cultural
restrictivo de este país y nos desayunamos con noticias nada
favorecedoras, por eso no quiero dar sabor de amargura a algo tan
enriquecedor como lo que vimos en ese frontón de Torrelaguna
convertido como un gran teatro para la comunión con el
entretenimiento.
El
teatro enseña, sana y da esplendor al ser humano. Así nos sentimos
entre el público y eso es lo que quiero destacar.
FRONTON
MUNICIPAL DE TORRELAGUNA
COMPAÑÍA:
XEXYL BODY MILK
DIRECCIÓN:
PEDRO G. DE LAS HERAS.
DEL
23 AL 27 DE AGOSTO, A LAS 22:30 H.
1 comentario:
MUCHAS GRACIAS.
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