LA FIEBRE SE CONTAGIA

Fotografía de la obra
La Fiebre, es un coloquio íntimo entre el público y el personaje protagonista. Un discurso que debería estar obsoleto en los tiempos que corremos. Pero que cobra más fuerza con los nuevos conflictos armados que se disparan día tras días en cada lugar del mundo. ¿Dónde nos colocamos? ¿Qué sentimientos nos producen? ¿Cómo los afrontamos? Son algunas de las preguntas que nos plantea el autor y que ninguno de nosotros queremos responder para no salir de la comodidad en la que estamos ubicados.

El personaje, es un joven de unos 40 años que duda sobre la posición social que tiene y a costa de quién. Un dilema que extrapola a todos los que vivimos inmersos en esta sociedad burguesa actual y la diferencia real que existe entre el mundo pobre y el rico.
Los Pobres, según Walace son una figura indispensable, sin la cual sería imposible mantener la estructura existente. Un esquema sólido que nadie quiere romper, por el mero hecho de que nadie quiere perder lo que tiene. Inmersos en el pensamiento de que lo que poseemos, nos lo merecemos. Ya sea por cuna o por trabajo.

Israel Elejalde nos vuelve a sorprender encarnando un personaje de gran complejidad por el lugar en el que se coloca. La dificultad, bajo mi punto de vista, radica en la contención. Algo que rompe en un momento clave de la obra, transformándolo en agresividad, para después volver al punto de partida. Si algo destacaría en gran medida aparte de su excelente actuación, es la dicción y la proyección que tiene en los veloces y largos discursos de la obra.

La dirección de Carlos Aladro es muy meticulosa con la palabra, el movimiento y los detalles técnicos. Consiguiendo así que el monólogo gane en intensidad y ritmo. La acertadísima elección de meter una violonchelista —Alba Celma— en la obra, hace que el diálogo del personaje protagonista no se quede solo en él mismo, sino que todo gane en amplitud.

El espacio escénico que nos da la Sala Cuarta Pared es perfecto para una obra de este estilo. Por un lado el refinamiento de los elementos en primer plano y en segundo, el muro de lo no construido, una metáfora visual que representa la esencia de la obra.
La luminotecnia de Juanjo Llorens y Sandra Vicente dan un juego espectacular a dicho espacio, detallando en cada momento lo que se quiere. Una de las aportaciones interesantes son las luces de las calles tan usadas en el mundo de la danza que dan una corporeidad y movimiento en la coreografía escénica diseñada por Aladro.
La propuesta audiovisual me sorprendió por su «aparente» sencillez. La dificultad reside en la propia ejecución, milimetrada. Al igual que el resto de los elementos técnicos.

La Fiebre, de Walace Shawn, con el sello de Kamikace producciones. Una obra que después de su paso por la Sala Kubik Fabrik y el Fringe del 2012 vuelve a la Cuarta Pared del 19 al 21 de Junio y del 26 al 28.

Si vas con la idea de ir a ver algo para pasar el rato y no pensar. Mejor que te quedes en tu casa.





Ficha artístico - técnica:

Texto: Wallace Shawn
Adaptación: Israel Elejalde y Carlos Aladro
Dirección: Carlos Aladro
Producción: Israel Elejalde, Kamikace producciones y Teatro en Tránsito
Actores: Israel Elejalde y Alba Celma
Violonchelista: Alba Celma
Luminotecnia: Juanjo Llorens y Sandra Vicente
Vestuario: Ana López

Vídeo: Natalia Moreno y Jerónimo Carrascal  


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