CÓMO SACAR DE QUICIO A UN HOMBRE


¿Cuál es nuestra inocencia?
¿Cuál es nuestra culpa?
Todos estamos desnudos,
nadie está a salvo.
Marianne Moore

¡Que fácil es poner patas arriba la vida de una persona!
Dicen que Un buen día es una comedia, pero a mi no me hizo ninguna gracia. De hecho se me puso en varias ocasiones un nudo en el estomago sentada en las butacas de El Sol de York, el lugar que acoge este estreno desde el día 27 de marzo (Día internacional del teatro).
Esta sala, que hace poco cumplió su año de apertura, apuesta por textos originales, contemporáneos y comprometidos. De nuevo nos sorprende con uno de ellos; una historia que pretende reírse con amargura de un sistema que puede convertir en victimas a inocentes en un abrir y cerrar de ojos, generando la duda de lo perverso.
Lo que nos cuenta Eddie, un tipo con cara de buena gente y con un discurso inocente, sincero y honesto me hace pensar en lo insano de una sociedad que se vuelve psicótica amparada por un permiso normativo para sacar de quicio algunas informaciones.
¿Por qué? Porque una cadena de malos entendidos hace que Eddie sea investigado por los servicios sociales sospechoso de abusos a menores, a su propia hija. Este es su periplo, un viaje llevado por un monólogo en el que el protagonista, un joven padre que habla de su familia con veneración, pierde la inocencia envuelto en el dolor horrible de la desconfianza y la impotencia.
Es cierto que la frescura del texto, la bien llevada normalidad y las características del actor (Bruno Ciordia) hacen que todo se suceda con cercanía y sin demasiado drama, pero el trasfondo de lo que cuenta este libreto extraordinario en su escritura y en su orden de evolución del dramaturgo inglés Dennis Lumborg es de una brutalidad tan cotidiana que te identificas con él desde los primeros momentos y dada la situación, que sufras el mismo camino hacia su indefensión.
La obra estrenada en Londres en 1996 triunfo en los escenarios de el West End Londinense y también en Francia, Bélgica e Italia. Es un lujo verla en un escenario español, bien interpretada y muy bien dirigida por Mariano de Paco.
Cabe destacar su escenografía completa, original y funcional que está al servicio completo del espectador y del actor convirtiéndose en otro personaje vivo de la historia: el ruido del grifo, el olor a café, la arena de una playa maldita… Un sonoro aplauso para su escenógrafa: Almudena López Villalba. Las transiciones, gracias a este escenario, forman parte de la tensión dramática que se acoplan como un guante en la narración de la historia.
Bruno Ciorda, el actor que encarna el monólogo del padre sometido por la doble moral social, está excelente a partir del segundo acto. Un difícil trabajo ese de mantener la atención del público hablando solo sobre un escenario. Su presentación del personaje flojea, quizá porque sabe todo lo que se le va a venir encima, pero deja para la mayor parte de la obra una evolución corporal, vocal, de desdoblamiento de personajes y de profundidad de matices de sentimientos que es digna de mención.
Déjense conmover por el monologo inteligente de Eddie. El teatro da que pensar y Un buen día es un claro exponente de esta aseveración.


Apunta: Coral Igualador







Texto: Dennis Lumborg
Actor: Bruno Ciordia
Traducción: Ainara Campo
Dirección: Mariano de Paco
Producción ejecutiva: Singular Teatro
Escenografía: Almudena López Villalba
Iluminación: José Manuel Guerra
Vestuario: Gema Rabasco
Espacio sonoro: Javier Almela
Adjunto a la dirección: Javier Ortiz

Lugar: Teatro El Sol de York
Fecha: Del 27 de marzo al 13 de abril
Horas: Jueves, viernes y sábado a las 20:30 horas y domingos a las 19:00 horas

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