Cartel de la obra |
Las
semanas han pasado a tener seis días, ¿no te has enterado? ¿Que
desde cuándo? Pues desde que hace ya unos meses a un grupo de
personas les dio por estrenar simultáneamente en dos teatros de
Madrid —el hall del Teatro Lara y El sol de york— Los
miércoles no existen una comedia escrita
y dirigida por Peris Romano.
Si
ahora, en los tiempos que corren, las producciones teatrales que
salen a escena son aquellas que no tienen más de dos o tres
personajes —que además, y si pueden, ejercen ellos mismos de actores, de
directores, de dramaturgos, de iluminadores, de escenógrafos... y no
hacen de apuntador porque para eso ya estamos nosotros— en Los
miércoles se lanzan al vacío no con un elenco, sino con dos que
suman en total doce personajes imponiéndose, así, ante una realidad
que parece que está más en contra de la cultura que a favor. Bravo
por ellos y por ese golpe de efecto a los que no quieren que el
teatro avance.
Pero
Los miércoles no existen no solo es destacable por esta
peculiar forma de estar en la cartelera madrileña, sino que destaca,
sobre todo, por su puesta en escena: una serie de escenas breves,
acompañadas de música en directo, que nos van relatando en una
especie de juego cruzado a través del tiempo, los avatares amorosos de los
seis protagonistas de la obra. El argumento sencillo, muy sencillo, no supone
nada original, pero el guiño y lo que te lleva a querer saber más
sobre las vidas de estas personas y no te deja moverte del asiento,
es la propia puesta en escena. Una propuesta con más carácter
cinamatográfico que teatral y que va presentando retazos de las
vidas de estos personajes que van recontruyendo su historia a la vez
que los espectadores. Muy bien usados para ello, en toda la obra, los
recursos metateatrales, las transiciones y la forma misma en la que
los actores son en unos momentos protagonistas de la vida de su
personaje y, en otros momentos, figurantes en las vidas de los otros.
Genial esta novedosa reinvención del coro para el teatro. En este
pluriempleo actoral, ellos, los actores, dan lo mejor de sí mismos:
cantan, bailan, coreografían las transiciones, hacen de
protagonistas, de secundarios y de figurantes con y sin frase —y no
parece que les importe— y todo esto lo hacen muy pero que muy bien.
En
resumen un grupo de profesionales con mucho arte y mucho valor que te
harán pasar un buen rato en la zona de Madrid que mejor te venga:
cerca de Quevedo, en El Sol de York, o en el tribal de Malasaña, en el
Teatro Lara. Así si te ha gustado la obra, tanto como a nosotros,
puedes repetir e ir a verla a otro espacio y con otros actores.
Sin duda, una
experiencia teatral que no se da todos los días. Si
esto no es reinventar el teatro...
Doble
reparto: Gorka Otxoa, Diana Palazón, William Miller, Mónica
Regueiro, Dani Muriel Irene Anula, Javier Rey, Eva Ugarte, Armando
del Río, Bárbara Grandio, Marta Solaz, Luís Callejo. Dirección y
texto: Peris Romano.
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