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Cartel de la obra |
Todo
hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es.
José
María Vargas Vila
El
propósito de May Rios es remover la conciencia para ello se sirve
de un texto potente, una excelente reconstrucción de personaje y de
pocos elementos escenográficos, entre ellos un pala símbolo de lo
enterrado entre la cal de nuestra ética.
Escasos
elementos presiden la esquina de la sala en La
Casa de la Portera
cuando las noticias en una radio de fondo nos anuncian que vamos a
sufrir la realidad de un pueblo inmerso en el terror del dinero y la
muerte. Entonces aparece el terror representado en un pequeño hombre
enmascarado en su capucha; El Sicario.
Un
encapuchado que en primera persona nos cuenta con absoluta
tranquilidad como fue su ascenso en el sórdido mundo del asesinato,
desde la secundaria (16 años) hasta una edad difusa cuando se tiene
que fugar porque es perseguido por los que antes había servido.
The
Room, Trabajando para el diablo
es la adaptación que la dramaturga y actriz May Rios ha realizado de
las entrevistas que en su día Charles
Bowden hizo
de un sicario de la ciudad de Juárez; actualmente el lugar del mundo
donde más asesinatos se cometen.
Los
datos reales también se sustentan en el documental cinematográfico
de Gianfraco
Rosi El
Sicario, Room 164.
Su
propuesta escénica se enmarca en el teatro documental, un género
este cuya base es la recopilación de testimonios reales y hechos
verdaderos para mostrárselos al público con toda su crudeza.
El
trabajo actoral de May es impresionante. Con su pasamontañas y una
voz de hombre rota y pausada por el acento mejicano transita por la
narración con una credibilidad digna de mención.
Desde
la exposición aséptica de su entrada en el mundo del crimen nos va
llevando de la mano por un lugar de dinero, drogas, violencia y
corrupción para escupirnos con dureza lo que sucede en México. Un
trabajo impecable que deja extenuado al que lo percibe, colgado en un
pensamiento de horror ante lo que ella transmite en escena. May se
transformada en un hombre, El Sicario, involucrando su cuerpo y su
alma en lo que quiere que el público perciba. Lo hace desde la
normalidad del que cuenta como le fue un día cualquiera en su vida y
en ello radica la verdad y la bofetada a nuestro entendimiento: lo
que vemos está sucediendo realmente en el mundo, la aparentemente
normalidad es una muestra de lo que se permite en un sistema
corrompido. No es en vano que el libro de entrevistas del 2009, en
el que esta basada la obra-documento, se haya prohibido actualmente
en México.
May
cuenta como este documento teatral triunfo en el último festival de
Monte Charge,
Francia, y como la labor de adaptación y desarrollo en El
Laboratorio LAVA de
Valladolid se convirtió en todo un reto escenográfico y actoral.
Ahora lo acopla al espacio de La Casa de la Portera, un espacio
intimo, donde la cercanía con el público cobra una importancia
extrema en lo narrado. Araña el pensamiento el ruido de la tiza que
describe en el suelo los espeluznantes datos sobre la distribución
organizada del narcotráfico y la muerte en Ciudad Juárez , México.
Un
interesantísimo documento teatral para reflexionar y sobre todo
vivenciar la realidad de un pueblo extraordinario, el mexicano,
asolado por el narcotráfico y la corrupción. La cotidianidad de lo
que cuenta debe movilizarnos para luchar contra la destrucción que
generan los sistemas perversos, esos que se cuelan en nuestras vidas
y se acaban convirtiendo en hábitos permitidos.
Apunta: Coral Igualador
SÁBADOS
y DOMINGOS de FEBRERO a las 18 h.
Dramaturgia: May
RIOS.
Dirección: Saúl
de la FUENTE.
Producido
por: PHENTESILEATEATRO.
3 comentarios:
Impresionante actuación de May, camaleónica... te atrapa hasta el sorprendente final en el que se quita el pasamontañas (se baja el telón)
Totalmente de acuerdo. Lo he visto dos veces y os aseguro que May está impresionante. No hay que perdérselo de ninguna manera.
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