CINCO HORAS CON MARIO


Del 12 Septiembre al 28 Octubre
Que el teatro es un arte nadie lo pone en duda hoy en día, pero si además se consigue hacer de él un teatro de texto con contenido crítico, el espectáculo pasa a convertirse en «obra de arte». Ejemplo de este compromiso entre puesta en escena y dramaturgia lo encontramos en Cinco horas con Mario propuesta teatral que destacan  por la sencillez y sobriedad en la utilización de los recursos técnicos y escenográficos.

Dos son los elementos a destacar de esta última propuesta escénica, además de poner de relieve el excelente papel de Natalia Millán en la piel de la protagonista Carmen Sotillo. Una es la delicada y cuidada adaptación dramatúrgica de la novela homónima de Miguel Delibes ―misma adaptación a la que ya pusiera voz Lola Herrera bajo la misma dirección de Josefina Molina―, la otra, la capacidad de rescatar del texto aquellos elementos comunes con los que todo espectador puede sentirse identificado: la soledad y la incomunicación ―a través de la metáfora del diálogo de la protagonista con su marido recién fallecido―, la necesidad de salvar las apariencias, la defensa de unos derechos que se consideran justos, el temor a lo desconocido, el miedo al futuro... Aunque la verdadera apuesta del texto reside en sacar a la luz el enfrentamiento entre contrarios que aparece ejemplificado en dos elementos muy fáciles de identificar: la lucha de clases y el triunfo de la muerte sobre la vida, dos caras de una misma moneda.

La lucha de clases pone de manifiesto en la escena las diferencias esenciales e irreconciliables entre los dos protagonistas: la apariencia ingenua, conservadora y despreocupada de Carmen frente a la situación política y social de su momento histórico y el carácter combativo de Mario ante esta misma realidad; todo esto tamizado con una cierta ironía cómica (ironía que se desprende de la recepción del texto hoy día pero que en sus orígenes pasaba por ser una dura crítica social contra determinadas actitudes y valores morales conservadores y represivos) que refleja las consecuencias vitales, sociales y morales de apostar por determinadas líneas dogmáticas de pensamiento. Pero si algo destaca ―por la connotación trágica que de ello se desprende― es, sin duda, el enfrentamiento directo entre la vida y la muerte, y cómo el triunfo de la muerte simboliza la perdida, el entierro, la censura de unos principios vinculados a la libertad de expresión, la justicia y la democracia personificados en la figura de Mario: el personaje que no tiene voz en la escena, el personaje que está pero que ya no es. Queda patente la metáfora entonces: el hombre deshumanizado, el hombre sin principios es un hombre muerto.

Finalmente, destacar la pertinencia de traer a la escena, de nuevo, Cinco horas con Mario. Sin duda, el texto sigue en plena vigencia, no por el momento histórico que refleja, que es lo más anecdótico de la obra, sino por la universalidad de los conflictos sociales y vitales que plantea. Una forma artística, literaria y pacífica de promover la reflexión sobre los grandes temas que relacionan al hombre de acción con su tiempo. 


AUTOR: Miguel Delibes
GÉNERO: Drama
DURACIÓN: 1h 30m SIN DESCANSO
PÚBLICO: Para todos los públicos
PÁGINA WEB: http://cincohorasconmario.com
ELENCO: Mª del Carmen Sotillo, Natalia Millán
EQUIPO: Dirección; Josefina Molina, Adaptación; Josefina Molina y José Sámano

PRODUCCIÓN DE José Sámano, Sabre Producciones e Impala S.A.

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