Lo
primero que se les dice a los alumnos de ESO de 12 años es que la
literatura tiene como finalidad la creación de belleza. Por supuesto
que hay otras finalidades como la persuasión, la crítica o la
expresión de sentimientos, pero ayer en la sala Teatro Duque-Imperdible,
lo que más llamó la atención fue la capacidad de Julián Ortega
para crear belleza, la primera de las finalidades de la literatura.
La belleza se crea por las formas, por la preocupación por el
continente en el que se introduce el mensaje. En La
tigresa y otras historias,
el mensaje, viniendo de Dario Fo, es el esperado, una crítica
sociopolítica completamente actual hecha por una obra escrita en el
80. Y es que parece que los de arriba siempre serán los mismos y
esos mismos siempre querrán lo mismo, sea cual fuere el tiempo o el
lugar. Ese mensaje de Fo está explícito en cada uno de los tres
cuentos que conforman la obra. Quizá de una forma demasiado
explícita, quizá de un modo demasiado claro para que nadie se
pierda entre tanta belleza, pero habrá también quien defienda esa
necesidad de que queden claras las posturas. De cualquier forma, ni
soy yo quién para cuestionar a un Nobel, ni la obra está falta de
sugestión, aunque esta la aporten otros elementos. Y eso es teatro:
sugestión, imaginar, completar. Julián Ortega hace teatro con mil
armas y pocos utensilios.
En
escena, Ortega aparece descalzo ataviado con una vestimenta de tintes
orientales de acuerdo con el origen del cuento chino que ocupa la
mayor parte del espectáculo. No necesita más para recrear los
mundos a los que nos lleva y como hemos dicho le sobran armas. Se
nota el trabajo y la formación gestual del actor, se adivinan serias
directrices del otro Ortega de la obra, José Antonio, que ya trabajó
con la obra hace unos años, y el resultado es notorio. Los cuentos
se expresan y se dibujan por medio de la palabra y el cuerpo de un
actor que se preocupa de que cada uno de los detalles se represente
con sonido y gesto. El soporte lumínico es el justo, nada recargado
que contamine el trabajo valiente de un actor en solitario que
controla el texto y ha hecho suyo a todos los personajes que
representa, ya sean chinos, tigres, niños o muchedumbre.
La
tigresa y otras historias
nos transporta a tres culturas diferentes: la china, la
judeocristiana y la griega. Son culturas distantes en el tiempo y el
espacio pero comparten una crítica sociopolítica común hecha por
Fo, y una forma similar, las historias, los cuentos como forma de
comunicación. Y los cuentos tienen que ser contados y contados con
gracia y compromiso.
Por
eso hay que ver esta propuesta, para volver a fascinarnos y
mantenernos expectantes como chiquillos escuchando un cuento bien
contado.
Autor: Darío Fo.
Actor:
Julián Ortega.
Dirección:
José Antonio Ortega.
Traducción
de La
Tigresa:
Carla Matteini.
Traducción
de Otras
Historias:
Joan Casas.
Iluminación:
Felipe Ramos.
Realización
Máscara: Miriam Ratés (Vidas de Alambre).
Vestuario:
Usua Elejalde.
Comunicación:
Alexis Fernández.
Producción:
Producciones Teatrales Colaterales.
Producción
en Gira y Distribución: Toñi Arranz Producciones S.L.
www.tarranzproducciones.es
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