ME AMA O NO ME AMA

Estuvimos en la Sala Tú disfrutando de uno de los primeros textos de Harold Pinter: The Lover, que en español se ha venido traduciendo como El amante, pero que también se podría traducir como La amante ya que en inglés carece de género y en la obra juega a la ambigüedad de los personajes y cómo ambos tienen amantes de forma consentida. En un ambiente opresivo los personajes van reflexionando sobre las relaciones humanas y sobre la pareja. En este caso el montaje corre a cargo de Fernando Sansegundo quién dirige a Eva Higueras y Alberto Maneiro con quienes hablamos.

El amante, sin duda uno de los textos fetiche de Pinter. ¿Qué vamos a ver de nuevo en esta propuesta escénica?

–Eva Higueras: Yo creo que lo que va a verse de nuevo en esta propuesta es un Pinter con una  desnudez bastante brutal. Al prescindir prácticamente de la escenografía (solo tenemos un baúl y dos sillas) todo se concentra en el trabajo actoral y en el conflicto entre los personajes. Hay una transparencia en la propuesta escénica que a mí me encanta. Somos Sarah, Richard, y las palabras de Pinter: palabras cotidianas pero cargadas, como todo lo cotidiano, de intenciones y significados que van superando poco a poco a los personajes hasta llevarles a una situación límite. Lo que comenzó siendo un juego inofensivo va transformándose hasta que se les va de las manos. La situación escapa a su control. Y el final queda abierto; es el espectador el que puede decidir e imaginar como es el día siguiente de esta pareja, después de su catarsis.

–Alberto Maneiro: El texto de Pinter “a pelo”, contado por dos actores sin más elementos que dos sillas y un baúl. Fernando Sansegundo readaptó la función para que pudiera representarse fácilmente en espacios como la Sala Tú. Hemos comprobado que mucho de lo que teníamos antes era prescindible, creemos que nuestra propuesta actual se ha acercado más a la esencia de la obra.

–Fernando Sansegundo: Pienso que cualquier propuesta seria y desmenuzada sobre una obra de Pinter tiene siempre algo de nuevo, porque pasar la realidad de esa mente tan compleja por cada uno de los que intervenimos en el proceso de creación supone una mezcla de sensibilidades tan perturbadora que hace que todo lo que sucede en el escenario se esté inventando en el momento.
Otra novedad en nuestro caso, supone el haber ido a lo largo del proceso de representaciones de ir desnudando el montaje de todo lo que creímos accesorio hasta quedarnos con los actores y unos pocos, muy pocos, elementos.


Como director, ¿Cuál es el reto de la obra?

El reto, más que inventar a Pinter, es no traicionarle. Evitar caer, como se ha hecho tantas veces, en una crítica social sólo a partir de tópicos, una deshumanización de personajes ferozmente humanos o una mirada intelectual y poco comprometida. 

¿Qué hay de realidad y qué de ficción en este texto?

–Eva Higueras: Yo creo que aunque es un texto con toques de absurdo, está muy pegado a la vida real. Cualquier pareja podría verse reflejada de alguna manera. Cualquier pareja puede inventar juegos eróticos para mantener viva su relación. Luego de ellos depende, o no, que todo se transforme en una "pesadilla". Pinter era un poco visionario, en el sentido de que sin ser psicólogo, entiende muy bien el alma humana y las contradicciones y conflictos de la gente

–Alberto Maneiro: Los personajes crean una ficción para mantener viva la llama de su relación que acaba superándoles, de modo que lo inventado por ellos parece que termina pesando más, haciéndose más real, que la monótona realidad de su día a día.

–Fernando Sansegundo: La estructura del texto puede parecer chocante, con esa mezcla de extrañeza y cotidianeidad. Yo lo considero tremendamente real pese a su estilo; más cercano a nuestro pensamiento, el de todos, de lo quisiéramos creer.
 
Sin duda, los personajes juegan "al engaño" en este texto, pero ¿quién "engaña" a quién en este juego: Pinter al espectador, los personajes entre ellos o los personajes a sí mismos?
–Eva Higueras: Creo que la magia de este texto es que transita por todas las emociones posibles desde la aparente normalidad. Los personajes están continuamente sometidos a violentas crisis interiores y sin embargo se esfuerzan titánicamente por volver a la normalidad. Todo va enrareciéndose a su pesar. Como actriz siento que es un regalo interpretar emociones tan sutiles y tratar de mantener la cordura cuando parece que todo está a punto de explotar. Alberto y yo tenemos una química muy especial: tanto, que por momentos siento que llegamos a ser esa pareja atormentada. Cada vez que hacemos esta función  apostamos muy alto: y  salir indemnes de esta apuesta tiene algo de milagroso. Nos enamoramos del texto hace ya 5 o 6 años y cada vez que la interpretamos encontramos, gracias a Fernando, nuestro director, nuevos y desconocidos matices que enriquecen la acción.
–Alberto Maneiro: No creo que Pinter trate de engañar al espectador, sino más bien de despertar algo dentro de sí, de invitarle a reflexionar sobre los juegos que propone esta pareja. En cuanto a los personajes, a mí personalmente sí me parece que se engañan a sí mismos en nuestra propuesta. Creo que a pesar de seguir queriéndose muchísimo la situación les ha superado, están atrapados en ella y no saben como salir.
–Fernando Sansegundo: Pinter no engaña al espectador, pero no puede negarse que juega con él y le oculta datos, solo para después destaparlos con más potencia.
Cada personaje se engaña a sí mismo, o al menos lo procura.
A cada uno de los personajes le gustaría engañar al otro, pero no lo consigue: se conocen demasiado. En ellos lo malo no es que la realidad no sea lo que parece, sino precisamente que sea la que parece.

En qué creéis, como actores, que consiste la magia de este texto que ya es un clásico de la escena?

–Eva Higueras: Creo que la magia de este texto es que transita por todas las emociones posibles desde la aparente normalidad. Los personajes están continuamente sometidos a violentas crisis interiores y sin embargo se esfuerzan titánicamente por volver a la normalidad. Todo va enrareciéndose a su pesar. Como actriz siento que es un regalo interpretar emociones tan sutiles y tratar de mantener la cordura cuando parece que todo está a punto de explotar. Alberto y yo tenemos una química muy especial: tanto, que por momentos siento que llegamos a ser esa pareja atormentada. Cada vez que hacemos esta función  apostamos muy alto: y  salir indemnes de esta apuesta tiene algo de milagroso. Nos enamoramos del texto hace ya 5 o 6 años y cada vez que la interpretamos encontramos, gracias a Fernando, nuestro director, nuevos y desconocidos matices que enriquecen la acción.
–Alberto Maneiro: Lo apasionante de interpretar este texto es que proviene del subconsciente, como actor ni tú mismo sabes qué resortes toca dentro de ti, pero siempre toca algo, aparece una nueva interpretación, otro giro, y por eso es inagotable, y fascinante. Fernando Sansegundo, cada vez que ensayamos propone nuevos ángulos y perspectivas, como un pozo sin fondo, y Eva Higueras y yo nunca nos aburrimos de interpretarlo. El texto te lleva, solo tienes que aferrarte a él con toda la convicción de que seas capaz.
Cartel de la obra
¿Todo vale en las relaciones de pareja para mantener despierta la llama del deseo?
–Eva Higueras: Sí creo que todo vale en las relaciones de pareja mientras ambos estén de acuerdo en ello. Cuando uno de los dos quiera variar el rumbo deben consensuar. Algo así le pasa a Richard; solo que aquí el consenso no parece posible, porque además hay de por medio pactos de silencio. El juego es un poco tabú para ellos mismos; no pueden hablar de ello.
–Alberto Maneiro: En una relación consensuada para el disfrute de ambos, pienso que sí.
–Fernando Sansegundo: Como no me parece que se trate de una obra moralista, no creo que castigue a los personajes por hacer algo fuera de “la moral”, sino que les mira como víctimas de un juego que no saben manejar.
Por otra parte, cada pacto o cada forma de manejar las relaciones es tan compleja en cada pareja como en cada ser humano individual. Unas veces vale y otras no.


¿Qué les pasa, en verdad, a estos personajes?
–Eva Higueras: Sinceramente no lo sé. Creo que solo, y ya es demasiado, intentan vivir.
–Alberto Maneiro: Richar provoca el conflicto de la obra porque ha decidido que no quiere seguir más con este juego. Ya no le gusta. Y Sarah está decidida a mantenerlo. 
–Fernando Sansegundo: La respuesta se esconde en las respuestas anteriores. Y, de cualquier modo, es muy rico que cada espectador tenga una respuesta a esta pregunta a partir de la visión de nuestro montaje.
 Así que ya sabeís, podéis disfrutar de este clásico moderno en la Sala Tú y no deberíais perderoslo.


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